Esta
semana tendremos algo diferente, no seré yo quien escriba sobre mis
pensamientos, ideas o visión del mundo. Sabéis que me apasionan esos fenómenos
que se mal llaman: “paranormales”, pues los que me soléis leer habitualmente ya
conoceréis que pienso que son muy reales pero que simplemente hasta ahora no
hemos tenido los conocimientos científicos suficientes para entenderlos. No son
imaginaciones o fruto de la epilepsia pero tampoco son magia. Hoy será alguien
muy próximo a mí y especial quien os cuente sus vivencias extrañas, es la
persona que hizo que un incrédulo absoluto sobre estos fenómenos empezase a
creer que son reales y quién me hizo empezar a tratar de hacer hipótesis sobre
que había detrás de ellos, pues a través de esta persona tuve las pruebas
tangibles de que eran fenómenos verdaderos. Muchos ya conoceréis la respuesta,
para mí tienen perfecta explicación mediante la física cuántica.
Hasta
ahora os he dado mi punto de vista pero ha surgido la oportunidad de que
conozcáis en primera persona que siente alguien que sufre estos fenómenos. Y no
me he equivocado de palabra, el verbo sufrir es el más adecuado. Sé que muchos
creeréis que es ficción o directamente mentira, pero os puedo asegurar que no
lo son, yo he vivido parte de ellos en primera persona… pero sé, de nuevo, que
es solo mi palabra y que muchos necesitaréis como Tomás, introducir el dedo en
la llaga. A pesar de todo creo que es mi deber hacia esta persona y hacia
vosotros que se cuente desde el otro punto de vista. Yo los he visto pero no
sentido y eso es un gran hándicap para mí. No perdamos más tiempo y vayamos a
ello.
“Siempre me he sentido diferente, no me gusta
la palabra especial, especiales somos todos. Es el caso que desde pequeña veía,
oía y sabía cosas que nadie podía ver oír o saber. A los quince años,
coincidiendo no sé por qué con la menarquia empecé a ver unas formas blancas
alrededor de la gente, y después me enteré de que eran las auras de las
personas, dicen que son de colores, yo solo veo una energía blanca, más o menos
intensa que envuelve a la persona.
Por naturaleza conozco a las
personas, se lo que piensan, lo que en realidad son y esconden, lo que han
pasado en la vida y a veces... por lo que pasarán. Si una locura realmente
agotadora.
Ser así no es algo que guste salvo
en raras ocasiones, pero no tienes más remedio que aceptarlo, no existe droga
que impida que cuando te llaman no quieras responder, se debe aprender a vivir
con ello, pues aunque al principio te lo parece, no, no estás loca.
Desde entonces como se suele decir
ha llovido mucho y en ese tiempo, he leído, oído y estudiado para aprender. Descubrí
para mi asombro que había más personas como yo, que había muchas, muchísimas, pero ojo no todas
son lo que dicen ser ni hacen lo dicen poder hacer....
Es posible que os vaya contando
experiencias si os apetece, pero ante todo quiero dejar claro algunas cosas. Cuando
pasa el tiempo y no tienes más remedio que aceptar que eres médium y vidente,
no es NADA agradable, es agotador física y mentalmente, doloroso y a veces
aterrador, por ello primero lo niegas y desde luego no se te pasa por la cabeza
dedicarte a ello, te quita toda la energía vital sientes un dolor enorme que no
es tuyo, una tristeza que te sumerge en un vacío que es ajeno, una pena
infinita, miedo, oscuridad, si, a veces luz y alegría, pero las menos, si te
dan un mensaje, después del shock inicial has perdido tu energía por varios
días, vamos un chollo....
Llega un momento en que sabes que, mira,
te ha tocado. Debes aceptarlo y ayudar en lo que puedas. No es una vocación,
aunque de eso habría que hablar, pues suele pasarle a las personas muy
empáticas. No sé si nacemos con alguna hormona que no tiene los demás o está
activa y los demás no, o tenemos una parte del cerebro desarrollada o es que el
ADN basura, que no lo es en absoluto, funciona de forma diferente en
nosotros... hay mil teorías y ahora con la física quántica nadie puede decirte
que no es posible la telepatía o viajar en el tiempo.
Por eso un vidente o médium de
verdad NUNCA cobra pues las visiones o los espíritus o lo que realmente sean:
bien una impregnación energética que nuestro cerebro sabe interpretar o una
comunicación telepática con otro plano cuántico o de conciencia... NO SE
INVOCAN A PLACER, ellos son los amos vienen cuando quieren y tu obedeces. Es
posible detectar emociones o tener visiones en un sitio pero debes estar allí,
no puedes montar un gabinete y decir por favor que pase el siguiente espíritu...
o póngame cuarto y mitad de visión... no, no, eso... eso huele fatal...
Os digo todo esto con el ánimo de
que las personas que creen que son raritas por las mismas causas que yo sepan
que no lo son ni están locas, tienen mucho que aportar a la sociedad y para que
esta normalice una cosa que es cierta pero en la que hay mucho fraude
intolerable.
Voy a contaros una de mis
experiencias y si os animáis dejad vuestros comentarios y / o experiencias:
Llegué una tarde a casa de una amiga recién independizada quien había alquilado
un piso precioso y antiguo en el centro de la ciudad. Estaba realmente
ilusionada por conocer la casa, me encantan los pisos antiguos de alto techos y
azulejos imposibles de encontrar, llamé al timbre y me recibió con amplia
sonrisa. Entré.- ¿¡¡ Te gusta!!? -no,
es horrible. Mi amiga que no tiene pelos en la lengua me dijo con razón que era
una maleducadita de cuidado, a lo que le conteste:- sí, el piso me gusta pero
tengo un escalofrío que me recorre todo el espinazo, un frío espantoso un dolor
y una pena que no me dejan respirar... ¿aquí ha muerto alguien? Mi amiga se quedó
tan helada como yo pero respondió:
- sí, ahí justo donde estas pisando...
Bonita historia eh?...quizás algún
día os cuente como sigue pero no fue nada agradable.
Me quiero despedir reiterando que se
ser vidente no es un cuento de hadas y que no puedes enriquecerte con ello,
baste decir que he intentado adivinar los números de la loto y si... los veo
pero solo llego a acertar tres o cuatro que no llevan a ningún sitio... Salvo
aquel donde algo, alguien, nada... se está aún riendo de mi”.
Os
puedo asegurar que esta persona ni se dedica ni quiere dedicarse a estos
menesteres. Su profesión es muy distinta y nada tiene que ver con este mundo.
No son temas agradables para ella, pues la incomprensión y las sonrisas medio
burlonas es lo único que recibe a cambio. Espero que todos reflexionemos un
poco y en caso de encontrarnos con alguien de nuestro entorno más cercano, en
el que confiamos que no nos va a mentir, no nos lo tomemos a broma o con
condescendencia. Quizás lo que nos esté contando sea más real de lo que nos
creemos. La semana que viene hablaré de un descubrimiento científico que nos
dará un rayo de luz adicional sobre el origen de todos estos fenómenos.
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