La semana pasada vimos unas pinceladas del futuro que se avecina dentro de una o dos décadas a lo sumo. Un futuro incierto que como todas las cosas puede ser para bien o para mal. No es la primera vez que la humanidad se enfrenta a semejantes vicisitudes, aunque tengo la sensación de que esta vez será diferente y os explicaré el por qué. Hasta la fecha todos los grandes cambios, y ha habido unos cuantos desde que esta civilización surgió hace más de 10.000 años, han mejorado o hecho crecer a la sociedad pero sin cambiar sustancialmente su esencia. El modo de funcionar del mundo sigue siendo el mismo desde que en el 10.000 a.c. se crearan lugares como Göbekli Tepe.
Esta vez, la revolución tecnológica que se avecina intuyo que irá más allá y acabará con este modo de entender la humanidad y sus relaciones personales. Tampoco será nada nuevo, pues antes de la aparición de la agricultura, el fuego o la rueda, los humanos nos organizábamos en una civilización que nada tenía que ver con la actual. Si será para mejor o no dependerá de nosotros, aunque si nos atenemos a los precedentes por extraño que os suene, todo indica que será para bien.
¿Por qué creo que estamos ante las puertas de un cambio? Tal y como adelanté la semana pasada las IA (Inteligencias artificiales) lo revolucionarán todo y ya no son una quimera, están llamando a nuestra puerta. La mayor parte de los denominados "trabajos de baja cualificación" desaparecerán. En breve (y hablo de una década a lo sumo) no existirán teleoperadores, los clientes serán atendidos por una máquina inteligente capaz de mantener una conversación y tramitar las gestiones que solicitemos. Esto se trasladará a cualquier ámbito administrativo, a los denominados trabajos de oficina.
Robots camareros de Harbin, China. |
Tampoco habrá camareros o cocineros humanos. En Harbin, una localidad al norte de China, ya existe un restaurante donde tanto los cocineros como los camareros son robots, concretamente 20. Ellos te reciben con diferentes frases de bienvenida y expresiones faciales, recogen tu pedido, te lo sirven... ¡y hasta te lo cocinan al punto de sal! Sólo un humano es necesario como ayudante de cocina, para colocar la carne cerca de estos cocineros autómatas. Es fácil de imaginar que los dependientes y asistentes domésticos correrán el mismo destino.
Robot doméstico de Toyota. |
Y esto no es ficción, ya es una realidad, todos hemos visto asombrados los robots de hogar y azafat@s de las compañías japonesas. Hace unos días una compañía francesa presentó su robot de compañía al estilo de los bebes de silicona que parecen tan auténticos y que se denominan Reborn. Estos dos últimos ejemplos deberían hacernos reflexionar sobre hacia donde nos encaminamos los humanos... Tampoco es difícil de imaginar que muchos médicos de cabecera y enfermeras sean sustituidos por Robots médicos que serán capaces de recetarnos, tomarnos análisis de todo tipo e incluso diagnosticarnos las enfermedades más comunes, quizás sea éste el escenario más lejano de los que he descrito hasta ahora, pero sin duda la mayoría de nosotros lo llegaremos a ver.
Recreación del tren ideado pro Hyperloop. |
Los camioneros, conductores de autobús, taxistas o incluso pilotos tampoco lo tendrán mejor. Otra realidad que ya está circulando por nuestras carreteras son los vehículos sin conductor de Google. En pocos años no serán la excepción, sino la norma. O el impresionante proyecto que empezará a construirse en 2016 por la compañía Hyperloop Transportation Technologies en Quay Valley , una cápsula bala que circulará a más de 1200 Km/h en el interior de un tubo de vacío e impulsado por... ¡aire comprimido! Este sistema de transporte conectará Nueva York con Los Ángeles en tan solo una hora, por lo que los vuelos comerciales se reducirán en unas décadas a sólo los transoceánicos y de largo recorrido. Creo que con estos ejemplos no es osado adelantar que pilotos, azafatas, personal de aeropuertos, barrenderos, mineros, operarios de maquinaria, obreros de la construcción... serán sustituidos en su mayoría por autómatas o robots, como antaño lo fueron las costureras por los telares automáticos o los miles de contables por las calculadoras primero y posteriormente por los ordenadores.
Y aquí es donde los nubarrones cubren el futuro. Muchos temen de los Robots, que al igual que en Terminator, se conviertan en los soldados del futuro y se subleven o que la Policía sea sustituida por máquinas al servicio de los poderosos. Pero en verdad no es lo que más me preocupa o debiera preocuparnos, pues no estamos hablando de robots manejados a distancia si no completamente autónomos, máquinas inteligentes capaces de pensar por sí mismas... Aquí en verdad casi preferiría poner mi vida en manos de un ente mecánico que no siente odio, envidia, rabia o avaricia que en las de un humano, pues de los robots militares inteligentes no sabemos cómo será su forma de actuar en una guerra, pero la de los humanos por desgracia la conocemos de sobra. Tampoco me quita el sueño que los poderosos traten de controlarnos con la nueva tecnología, pues ellos siempre han existido, incluso mucho peores que los de hoy en día y sin embargo no pudieron jamás parar el avance de la conciencia y de la sociedad.
No, no es eso lo que me preocupa, si no hacia donde irá la humanidad, pues millones de empleos se perderán y tendremos una enorme masa de personas sin futuro alguno. Esta misma situación se dio a principios del siglo XX tras la revolución industrial y todos sabemos cómo se solucionó ese exceso de población sin nada que hacer y "obsoleta" para el nuevo sistema: Dos guerras mundiales. Hoy en día no es posible, pues casi todos los grandes países disponen de armas de destrucción masiva y ese es el punto crítico y el gran problema que sacudirá el mundo en las siguientes décadas: Cómo integrar a las personas que se vean expulsadas de un nuevo sistema que cada vez necesitará menos mano de obra en un mundo dónde los humanos cada vez somos más.
Los cambios provocan miedo, incertidumbre y caos hasta que "lo nuevo" es aceptado y asimilado. De eso sabían mucho nuestros abuelos y tatarabuelos haya por el siglo XIX. Ellos se enfrentaron, al igual que tendremos que hacer nosotros, a una revolución industrial sin precedentes. Las máquinas destruyeron miles de empleos, el paro fue realmente espeluznante en aquellos tiempos y todos temían lo que estaba por venir. Las perspectivas a corto plazo parecían más que negras y el futuro descorazonador... y sin embargo ya veis... si a vuestros antepasados que sufrieron la revolución industrial les hubieran contado como iba a ser la sociedad de hoy a pesar de todos sus graves defectos... no hubieran dado crédito y les hubiera parecido el paraíso. Nadie podía imaginar entonces jornadas de 8 horas, sanidad o educación públicas y mucho menos el sistema democrático, por muy defectuoso que aun sea, de los que disfrutamos hoy en día en occidente. Y sí, se sufrió y peleó mucho, se derramó mucha sangre y lágrimas, al igual que en otras épocas anteriores, pero llegamos, siempre se llega.
Por eso y a pesar de que sé que habrán muchos sinsabores, dificultades y momentos descorazonadores (los tiempos entre épocas son los más duros y nos ha tocado vivir uno), soy muy optimista respecto al futuro. La humanidad y la sociedad jamás ha dado un paso hacia atrás, solo hay que ver (aunque aún quede trecho por recorrer) en qué situación estaban hace tan solo treinta años los derechos de la mujer, de los homosexuales, de los niños, de otras razas o el de los propios animales... Hemos avanzado para bien y muy rápido si miramos el gran cambio de estos últimos cien años respecto de los 10.000 años que llevamos de esta civilización. El futuro nos traerá una humanidad más inteligente, formada y culta, pues solo aquellos que dispongan de estas cualidades tendrán cabida y al igual que el número de personas con elevado nivel cultural de hoy en día es muy superior al de principios del siglo XX, a finales del siglo XXI será muy superior al actual. Una humanidad, formada y culta será más "humana", concienciada, menos manipulable y sin duda será mucho mejor y transformará esta civilización por una nueva y mejor. ¿Cómo será? La semana que viene os contaré cómo me imagino que será esa nueva humanidad.
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