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domingo, 19 de noviembre de 2017

¿Estuvo la Atlántida en la Antártida? Parte I

La semana pasada os hablé de la posibilidad de que la mítica y gigantesca isla de la Atlántida estuviese situada en la actual Antártida. Sé que suena descabellado, pero hay una serie de evidencias que la historia oficial omite y no quiere aceptar, que apuntan a que, tal y como dijo Platón (a quien debemos la existencia del mito de la Atlántida), alguna civilización perdida surcó los océanos mucho antes de lo que nos dijeron. Sé que en artículos anteriores insinué la posibilidad de que la ciudad atlante se situase en Doñana, lo que parece contradecirse con lo que apunto en este artículo... ¿o no? Vayamos paso a paso.

Tal y como comenté en el artículo sobre Doñana, la situación de ésta parece ser la idónea, pues se encuentra dónde los textos de Platón indican: más allá de las columnas de Hércules (el estrecho de Gibraltar). Fotografías por satélites han dibujado la posibilidad de que existan restos arqueológicos de un tamaño considerable bajo las marismas, también la geología nos dice que allí se sufrió un gran maremoto tal y también está la evidencia indiscutible de que la antigua ciudad de Jaén tenía una planta circular de varios anillos concéntricos. La cultura y
grabados tartésicos, la civilización que dominaba estas tierras en aquella época, nos muestra imágenes de un pueblo marinero y guerrero cono eran los atlantes. Hay dibujos de naves de diferente planta, guerreros junto a símbolos que recuerdan la forma de la ciudad atlante. Las gigantescas minas de Rio Tinto están en esa misma zona, otro punto de conexión, pues la riqueza de los atlantes provenía en buena parte de la minería, en especial el cobre, muy abundante en la península ibérica  escaso en el resto de Europa, por no decir que la Atlántida era muy rica en bosques de la que España era muy abundante en esa época. Todo esto, al menos, debería hacernos reflexionar un poco, y más aún cuando se ve reforzado si observamos la copia bizantina del mapa mundo de Ptolomeo del siglo II que se conserva en el Museo Británico y que quizás Ptolomeo copiase de uno anterior:




Como podéis observar, donde está la actual, Doñana, antiguamente apuntaban a la existencia de un gran estuario con  una isla en medio del mismo. Quizás en la imagen no lo apreciéis, pero Ptolomeo le da el nombre de Tartessos a dicha isla, nombre de la ciudad perdida de esa civilización y que debió ser idéntica aunque mucho más grande que su hermana Jaén, también perteneciente a dicho antiguo reino de la península ibérica. Platón nos indica que la Atlántida tenía un gran tráfico de navíos que comerciaban con todo tipo de mercancías que le proporcionaban su enorme riqueza. Bien,  antes de seguir os he de explicar que la navegación atlántica se considera inexistente antes de los fenicios, mucho después de la era
en la que se sitúa a la Atlántida. Pocos sabréis que frente a las costas de Barbastro se han descubierto, en una zona reducida, un buen número de anclas de... ¡la edad del bronce! ¡En el Atlántico! Esto es algo inimaginable y para más inri, dichas anclas se encuentran donde cabría esperar que se situase la zona de espera de acceso a una ciudad con un enorme puerto si esta estuviese situada en las actuales marismas de Doñana. No tengo dudas de que allí existió, mucho antes de lo que se nos indica, una civilización más avanzada que el resto de las existentes en la zona.


Pero, Platón nos habla de que los atlantes formaban un imperio ¿dónde están entonces el resto de ciudades, colonias? - puede preguntarse algunos. No han quedado muchos restos, pero el pueblo tartésico, tal y como he mencionado con anterioridad, parece que se refugió, tras un gran cataclismo, en el interior de Andalucía. Allí, en mitad de la nada y sin ciudad alguna alrededor, se erigió un templo conmemorativo. Son los restos arqueológicos de Motilla de Azuer, datados entre el 2.200 y 1.300 a.c. ¿Y qué demuestra eso? - preguntaréis. Bien, quiero que comparéis dichos restos con las torres y construcciones, también de la edad de bronce, existentes a lo largo de toda la isla de Cerdeña:




MOTILLA DE AZUER

CERDEÑA



 


¿No os parece increíble el parecido entre este tipo de construcciones? Casas circulares, templos con diseño muy similar. Pero eso no es todo, al igual que en España, el templo sardo parece también estar dedicado a  un Dios marino, lo que coincidiría con la supuesta adoración de los atlantes a Poseidón, Dios del mar. Pero las coincidencias no parecen terminar ahí, ambos templos están situados en un lugar muy concreto y que coincide con el descrito de Platón: "Encontraréis una pequeña montaña y unas vistas preciosas, un valle fértil, una llanura y unas ruinas antiguas". Ambos lugares poseen dichas características y tienen un estilo arquitectónico demasiado similar. ¿Formaban parte, junto con Jaén, de la misma civilización? ¿Era Cerdeña una colonia atlante/tartessica? ¿O eran, tanto Tartessos como Cerdeña, colonias creadas a imagen y semejanza de la verdadera ciudad de la Atlántida, sita en otro lugar? ¿Es el recuerdo de la civilización de Tartessos a lo que los griegos llamaron Atlántida? De Cerdeña hay otro dato a tener en cuenta y del cual hablaré en el próximo artículo.

Todo parece indicar que la respuesta a la última pregunta cada vez parece inclinarse más a un sí. Fuera de la ortodoxia académica, parece la hipótesis más racional, pero me temo que debo ir un poco más allá, pues creo que Andalucía y Cerdeña eran meras colonias atlantes y no el centro del mítico imperio marítimo. Y como siempre, no es pura especulación, me baso en datos arqueológicos que de nuevo parecen indicar que debemos ser mucho más osados. 

Empezaré por el origen del nombre del océano Atlántico. Según se nos indica, éste proviene del titán Atlas, que mantenía en pie las columnas de Hércules (estrecho de Gibraltar), pero no deja de sorprenderme el parecido entre Atlántico y Atlántida... es la misma raíz, ¿es Atlas una leyenda recogida por los antiguos griegos? No lo podemos saber, pero como poco es curioso. Como evidencia es muy débil - me diréis, y tenéis razón, pero es curioso que las leyendas de las civilizaciones americanas hablasen de que los dioses que les trajeron la civilización provinieron del mar, del que surgieron en sus enormes navíos. Eran dioses de aspecto muy humano, de largas barbas y de piel blanca. Casi todas las civilizaciones amerindias coinciden en esa leyenda y todas esperaban el regreso de sus dioses, por ello no se extrañaron de la llegada de los españoles en sus barcos, pues es lo que esperaban. ¿Por qué unos dioses tan humanos, sin grandes poderes como los egipcios, griegos o romanos? Para mí sólo hay una respuesta lógica: una civilización de navegantes llegaron por mar a tierras americanas en fechas muy remotas y les mostró sus conocimientos, de nuevo todo apunta a que una civilización como la atlante debió existir. ¿Pero, acaso no deberían existir muchos más restos y evidencias? Sin duda es una buena pregunta que tratare de responder en el próximo artículo.



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