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viernes, 16 de octubre de 2015

Las Wunderwaffen de Hitler

Muchos habréis oído hablar de ellas, pero existe gran confusión sobre lo que es real o no respecto a su existencia. En este artículo hablaremos de las más famosas, trataremos de arrojar un poco de luz y ver si la Alemania nazi podía disponer de esas Wunderwaffen (cuya traducción es: armas maravillosas) con las que supuestamente se enfrentó el Almirante americano Byrd en 1946 durante una batalla en el océano antártico, que los amantes de la conspiración sostienen que se dio. Pero empecemos por el principio.
 
El objetivo final de Hitler siempre fue dominar el mundo pero era consciente de que Alemania no disponía de los recursos humanos necesarios para llevar a cabo semejante tarea. El único modo en el que en su perversa mente concebía una victoria total sobre los aliados era disponiendo de una tecnología militar muy superior a la del enemigo con la finalidad de poder derrotarlos con un ejército inferior en número. Los programas de desarrollo de nuevas armas se llevaron casi todo el presupuesto del gobierno nazi, en especial los programas de desarrollo de lo que se denominarían Wunderwaffen, las armas de tecnología increíble que le daría a su ejército esa superioridad de combate necesaria para decantar la victoria de su lado.
 
Las Wunderwaffen son muy reales y muchas de ellas entraron en combate durante la II Guerra Mundial. Todos conocemos las famosas bombas volantes, las V1 y las V2 que la población de Londres sufrió con estoicidad y valentía, pero pocos son conscientes de lo avanzadas que eran para su época, sobre todo la V2, la cual está considerada como el primer misil balístico de la historia. Pensemos que este ingenio mortal ideado por el famoso ingeniero Wenher von Braun fue el primero en romper la barrera del sonido. Tras el final de la guerra von Braun fue "fichado" por los americanos y usando su V2 como modelo desarrolló los cohetes que nos llevarían pocos años después a la Luna.
 
Pero es una bomba, no un avión - pensaréis muchos. Ya menos personas conocen que los alemanes en los últimos meses de la contienda, usaron aviones a reacción. Esta no es una fantasía, es muy real, es el Messerschmitt Me 163 Komet. Este es el primer avión a reacción en entrar en servicio, si bien es cierto que sus prestaciones dejaban mucho que desear pues agotaba el combustible muy rápidamente y tenía que planear para aterrizar, alcanzaba la friolera de 1.100 km/h frente a los 600km/h de los aviones de combate de la época. De este modelo se fabricaron 300 unidades y lograron derribar al menos 9 bombarderos aliados. ¿Es a esta amenaza a la que se refería Byrd? ¿Son estos los aviones a reacción que podrían atacar los Estados Unidos y volar de Polo a Polo a velocidades increíbles? Aquí solo cabe preguntarse que hubieran conseguido los alemanes con un poco más de tiempo para desarrollar sus prototipos.
 
Aun aceptando que restos del ejército alemán siguieron desarrollando prototipos en una base secreta en el Polo Sur tras la guerra, lo que se describe en la teórica batalla en la Antártida durante la Operación Highjump supera en mucho a las funcionalidades de los prototipos mencionados... ¿naves en forma de platillos volantes que se sumergen en el agua? ¿Rayos de plasma que incendian buques? Aquí ya empezamos a entrar en un terreno pantanoso y sin certezas absolutas, pero creo que merece la pena continuar, pues misterio más nazis siempre es sinónimo de grandes interrogantes.

¿Los alemanes tenían algo parecido a un platillo volante? Sería el primer interrogante para desenmarañar si fue al menos posible que los americanos vieran un ingenio como los amantes del misterio afirman que hicieron durante la operación Highjump. Lo más desconcertante de todo es que sí lo habían ideado, era la Wunderwaffen conocida como: Hauneburg-Geräte, o Reichsflugscheiben. Podemos afirmar con cierta seguridad que se trataba de un prototipo real de avión que los ingenieros alemanes trataban de desarrollar, pues se han encontrado esquemas sobre su diseño, una serie de manuscritos del experto en turbinas italiano, Giuseppe Belluzzo en los que hace referencia al Haunebu y tenemos la declaración oficial del científico alemán Rudolph Schriever en la que admitía que había participado en la construcción de dichos prototipos...


Su existencia , al menos en papel, parece quedar apuntalada por el hecho de que nada más finalizar la II Guerra Mundial los americanos se lanzaron a tratar de crear aviones de planta circular, como el Avrocar, el cual pronto se descartó por inviable... ¿O no? Ya que es como poco curioso que los avistamientos OVNI de discos circulares al estilo del hipotético Haunebu se disparasen en la década de los 50 a lo largo de toda Norteamérica. ¿Se hicieron los americanos con los planos del Haunebu y los desarrollaron? Es una pregunta para la cual no tenemos respuesta. Pero volvamos a finales de la II Guerra Mundial.

El Haunebu supuestamente se trataba de un prototipo de avión nazi que guardaría gran semejanza con los platillos volantes de los años 50 en forma de sombrero y que se podría considerar como el predecesor de los mismos. Su funcionamiento de vuelo se basaba en un desarrollo avanzado de las turbinas de Viktor Schauberger y su teoría de los vórtices de fluidos.
Por internet existen fotografías (de nula credibilidad) y planos (que debemos poner en cuarentena) sobre los platillos volantes nazis que tratan de darle verosimilitud, pero nada se puede confirmar pues ni un solo resto ha sido hallado.


 

 

 

 


 
Según las versiones menos convencionales, esta arma, propulsada por una fuente de energía misteriosa, lograría volar por anti-gravedad.  Podemos afirmar con seguridad que las SS y las diferentes sociedades secretas asociadas a ellas y al partido nazi, buscaban ya a principios de los años 30 fuentes de energía alternativa que propulsase sus aeronaves a velocidades supersónicas y que fuesen inagotables, una de ellas era la energía nuclear, otra más esotérica se la conocía como sustancia Vril... ¿Lo lograron? Es muy poco probable.

Si me pedís mi opinión creo que los nazis en efecto idearon y plasmaron en papel este nuevo tipo de aeronave, como otros proyectos incluso más delirantes como una estación espacial, pero dudo que ni tan siquiera tuvieran un prototipo a finales de la guerra y menos con las capacidades que se le atribuyen, pues sin duda acorralados y desesperados, los hubieran usado como hicieron con el caza a reacción Komet. Pero no todo es tan sencillo como blanco o negro pues existen muchos claro-oscuros en todo lo que envuelve el final de la II Guerra Mundial, la Guerra Fría y el inicio de la era OVNI. Pero sigamos, según el relato de la batalla en la Antártida, los discos voladores disparaban una especie de rayo misterioso... parece directamente una locura, pero no seáis tan rotundos aún.
 

Uno de los grandes misterios de la II Guerra Mundial y que el público generalmente desconoce es el fenómeno de los foo-fighter: cazas de fuego, una combinación de la palabra francesa: "feu" (fuego) e inglesa "fighter (caza). Fue en noviembre de 1944 cuando los aviadores británicos empezaron a informar sobre la presencia de extrañas luminarias celestes con apariencia de esferas metálicas o luminosas que aparecían durante sus misiones de combate. Los pilotos norteamericanos confirmaron la presencia de dichas luces en sus primeras misiones de bombardeo nocturnas sobre la Europa ocupada. En ambos casos los aviadores informaron de anomalías en el instrumental de vuelo durante dichos avistamientos.

Los aliados en un principio pensaron en una Wunderwaffen alemana, incluso el Herald Tribune se hizo eco de estas misteriosas luces que reportaban los pilotos, dándoles la misma categoría de arma secreta. Tras la guerra trataron de descubrir su naturaleza pero descubrieron que los pilotos de la Luftwaffe estaban tan desconcertados como ellos por el fenómeno, tal y como reflejan en los informes alemanes. Se sabe que la Luftwaffe estaba tratando a finales de 1944 de crear un arma que distorsionase el campo electromagnético e interfiriese las comunicaciones de radio tal y como hacían las misteriosas luces, pero por lo que sabemos de los documentos incautados por los aliados, su alcance no llegó nunca más allá de los 30 metros...


¿Esto no invalida entonces la teoría de un arma secreta? ¿No deberían los alemanes conocer su existencia? Y es legítimo que dudéis, pero la verdad es que en el seno del III Reich las conspiraciones y luchas internas entre facciones era cruenta, en especial por la sucesión de Hitler por la que Goering (Jefe supremo de la Luftwaffe) y Himmler (Reichsführer de las SS) mantenían un duro pulso. Dentro de estas disputas intestinas, el control de las armas secretas era vital: quien consiguiese tener bajo su poder la nueva tecnología tenía muchas posibilidades de ser el hombre fuerte del Reich tras la muerte del Führer. En este contexto, si las SS hubiesen logrado desarrollar esa nueva arma que la Luftwaffe también perseguía: algún tipo de rayo de plasma electromagnético que derribase los aviones aliados, no hubieran compartido su existencia con el resto del ejército hasta comprobar su eficacia y anotarse un punto a su favor. Por lo que sabemos las luces desconcertaron a los pilotos aliados e interfirieron en sus equipos pero en ningún caso los derribaron. Si se trataba de un arma de las SS desde luego estaba lejos de ser útil para la defensa de los cielos del Reich.

Pero son meras suposiciones de un escritor, no hay nada seguro en ello. La versión oficial es que dichas luces eran descargas de rayos globulares, más conocidos como rayos bola, pero algunas de las imágenes de los foo-fighter tomadas por los pilotos aliados muestran que éstos en ocasiones parecen mostrar una apariencia sólida, juzgad vosotros mismos:
 


 
 



Como veis, en este punto lo real se entremezcla con la ficción, la conspiración... Es difícil separar el grano de la paja, sin duda los alemanes estaban desarrollando armamento en la dirección en que apunta el relato sobre la batalla durante la Operación Highjump, pero no es menos cierto que podemos estar seguros que no disponían de esa tecnología cuando fueron derrotados pues una decena de Haunebu con las propiedades de los que en teoría atacaron a la flota americana del Almirante Byrd, hubieran barrido a los aliados del cielo y de los mares revirtiendo la invasión de Alemania. ¿Podrían haber terminado restos de las SS de desarrollar dichas Wunderwaffen en un solo año en la mítica base 211, aceptando que existiese? ¿Aislados sin provisiones? Yo lo veo muy improbable pero no sé qué pensar, pues sin duda hay puntos en los que la versión oficial me deja insatisfecho... ¿Pero platillos que se hunden en el agua? ¿Anti-gravedad? ¿Eso no invalida directamente la historia? - preguntaréis, y sí, es muy difícil de creer pero está la historia del último y más maravilloso de todos los supuestos ingenios de Hitler: La Campana, de la cual solo existen rumores. Pero eso será la semana que viene.

 

 

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