La semana pasada os hablé del futuro que a corto plazo nos aguarda. Sé que en un principio será duro y lleno de sin sabores pero estoy convencido que será para mejor. Somos espectadores del estertor de una moribunda civilización y del nacimiento de una nueva. Nuestro actual sistema de vivir nos lleva irremediablemente hacia el colapso y la autodestrucción, por eso debe cambiar. A pesar de que 2/3 de la población vive en la más absoluta pobreza y en condiciones que nadie con un mínimo de sensibilidad puede tolerar, estamos agotando los recursos del planeta a un ritmo alarmante. En 2100 seremos 11.000 millones de humanos, ahora somos 7.000, a este ritmo vertiginoso nos convertiremos en una auténtica plaga. La guerra por los recursos: agua, comida, materias primas... será atroz, el trabajo escaseará pues los humanos seremos sustituidos por robots y habrá, incluso en occidente, millones de personas sin nada que hacer. Ese incremento de población mundial se dará en los países pobres, todos podemos imaginar cómo será la presión inmigratoria con 4.000 millones de personas más... Si no cambiamos nuestra mentalidad, nuestra actual civilización nos llevará a la autodestrucción.
Ese es el peor de los escenarios, pero no lo contemplo como posible pues la tecnología ha superado a la humanidad y nadie estaría a salvo en ningún lugar de otra conflagración mundial. Una III Guerra Mundial sería nuestra aniquilación como especie y aunque los poderosos lograsen sobrevivir lo perderían todo. Sus montañas de billetes no valdrían nada, sus negocios desaparecerían, no tendrían a nadie para servirles ni de los que sacar fortuna. No, no se dará, ellos tienen todo que perder y nada que ganar. En un principio pensé que serían capaces de infectar a la humanidad con una enfermedad que nos diezmara como especie, haciendo un virus el papel de controlador demográfico que antaño hicieran las guerras, por eso me alarmé tanto cuando saltó el ébola a la primera página de todos los periódicos. Pero si algo ha demostrado la naturaleza es que es impredecible e incontrolable y aunque los que gobiernan el mundo dispusiesen de las vacunas, ¿Quién les asegura que no mutará? ¿A quién gobernarán o manipularán si casi todos desaparecemos? ¿A quién venderán su petróleo, coches o seguros? No, tampoco es posible, en un mundo así solo quedaría regresar al sistema feudal, pues el capitalismo necesita de una ingente cantidad de consumidores.
Pero sin duda algo hay que hacer, pues cada día que pasa nos acercamos al precipicio. Desde que la historia es historia los poderosos han mantenido una máxima: "Cambiar todo para que nada cambie" y esta vez no será menos. Hemos de pensar que su único objetivo es mantener su status, sus privilegios y el único modo de hacerlo es abrir la mano. Si echamos la mirada hacia atrás en la historia podemos ver que la sociedad jamás ha dado un paso atrás, siempre hemos avanzado. Unas veces de forma muy lenta, otras muy rápida, pero nunca hemos retrocedido pues nadie lo aceptaría sin luchar y somos demasiados. Los poderosos se resistirán y retrasarán los cambios todo lo posible, pero finalmente cederán cuando todo esté a punto de estallar. El recuerdo de Luís XVI guillotinado por Robespierre o el zar Nicolás fusilado es una lección que no han olvidado.
Como ya he dicho el cambio será gradual, lleno de lágrimas y dolor, pero imparable y apuntará a una nueva humanidad que sin duda será mejor que la actual. Pero no llegaremos de repente (o quizás sí, ¿quién conoce el futuro?), ni tan siquiera sé si nosotros la veremos en su plenitud, pero con seguridad veremos los primeros cambios. A corto plazo y aunque ahora todo parezca negro, muchas cosas empezarán a cambiar.
Soy optimista pues en los países más avanzados, los que marcan el camino, ya empieza a vislumbrarse esa incipiente nueva civilización. En los países nórdicos se está reduciendo la jornada laboral a 35 y hasta 30 horas semanales, sin duda ellos son la punta de lanza y más pronto que tarde se extenderá al resto de occidente y del mundo. Ahora nos parece una quimera pero pensad que hasta 1856 la jornada laboral era de 16 horas y se vio como un gran logro la reducción a 12. Luego se lograron las 10 horas y no fue hasta la década de los 50 cuando se llegó a las 8 horas actuales incluso por más salario que antes. El mundo y el sistema no colapsaron ¿verdad? Hoy ya vislumbramos que a corto plazo la mayor parte de los trabajos los harán robots, por lo que los humanos trabajaremos afortunadamente menos horas, pues mientras el sistema evoluciona hacia la nueva humanidad habrá que repartir menos trabajos entre más gente. Sin duda los salarios se mantendrán o incluso subirán, pues la productividad y beneficios de las empresas aumentará con la mano de obra robótica (curioso, siempre con la reducción de jornada la productividad ha aumentado) y los gobiernos aunque sea a regañadientes, tendrán que transferir riqueza de las empresas a los trabajadores para evitar estallidos sociales.
Los beneficios sociales y humanos de esa liberación del trabajo (aunque sea parcial) serán enormes. Tendremos más tiempo libre, por lo que el ocio y espero que la cultura (cine, teatro, libros...), empiecen de nuevo a cobrar un papel relevante en la sociedad. A mayor cultura la sociedad será menos manipulable, habrá más respeto por los demás y por la naturaleza y la presión de la opinión pública obligará a que las cosas cambien para mejor. Es muy probable que nuestra escala de valores de un giro de 180º en unas pocas décadas, de hecho ya lo está haciendo, solo hay que ver la cada vez más creciente concienciación y rechazo a todo lo que no respete los derechos humanos, de los animales o la naturaleza.
Existirá más seguridad, pero no por la presencia policial, si no porqué los niños estarán más atendidos, pues podrán ver y estar más tiempo con unos padres que sufrirán de menor stress. Este no es un hecho baladí, pues a mi entender es el centro de muchos de los males que nos aquejan hoy en día y sin duda la causa principal del alarmante incivismo que aqueja a las sociedades occidentales.
El gran zarpazo mortal a esta civilización llegará dentro de 20 o 30 años a lo sumo y lo hará de la mano de la revolución médica. Los estudios genéticos están muy avanzados y en veinte o menos años la medicina de las células madre será una realidad, se crearán órganos de nuestras propias células, el cáncer será un mal sueño, los estudios sobre la regeneración celular (ya muy avanzados) habrán terminado y la juventud eterna no será una quimera, incluso los estudios sobre la auto-regeneración de órganos perdidos (como tienen las lagartijas o las estrellas de mar que al perder un miembro lo crean de nuevo) están en su fase final. La nanotecnología hará que mini robots nos reparen desde nuestro propio interior, no es una fantasía o una visión futurista, los denominados Robots Origami ya son una realidad diseñada en el MIT de Massachussetts, sobre ellos hablaré la semana que viene.
Todos podéis imaginar que la esperanza de vida de los seres humanos se alargará a casi el doble de la actual y con una mejor calidad de vida. Esto hará inviable el actual modelo social, imaginar un mundo donde se tiene que trabajar 120 años, o donde uno se jubile a los 65 y viva hasta los 150... Eso colapsará el sistema actual. Podríamos pensar que los poderosos se reservarán para ellos esta medicina del siglo XXI, ¿pero de verdad creéis que aceptaríamos semejante discriminación? De nuevo solo el retroceso hacia una sociedad feudal podría sostener semejante disparate.
La ciencia y la tecnología harán que la era del petróleo llegue a su fin en menos de treinta años y que el sistema monetario actual muera. Al igual que los excedentes agrícolas y ganaderos forzaron a la humanidad a salir de las cavernas y a pasar de ser nómadas a sedentarios dando por completo la vuelta a nuestra forma de entender la vida, los actuales avances tendrán el mismo efecto sobre nosotros. El avance de la ciencia hasta finales del siglo XX solía deberse sobre todo a la falta de desarrollo de teorías y leyes que explicaran el mundo que nos rodea, hoy en día su avance está frenado más por la falta de fondos que por la no existencia de base científica. Hemos llegado a tal punto de tecnología que o seguimos creciendo o colapsaremos como civilización. Ya hace tiempo que cruzamos ese punto sin retorno y tendremos más pronto que tarde superar dos escollos importantes que hacen que la forma de hacer las cosas de nuestros días sea ya obsoleta:
- Nuestro status actual está en función del dinero que poseemos (que en muchos casos no está asociado al mérito de cada cual). En el futuro deberá estar asociado a lo que aportemos a la sociedad en su conjunto, sea cual sea nuestro trabajo.
- Nuestra mentalidad de clan, ya sea familiar, de país o racial deberá desaparecer y deberemos empezar a pensar como especie, pues sin duda el futuro está en el espacio y para conquistarlo deberemos actuar como un solo ser. Si hacemos cada cual "la guerra por nuestra cuenta" nunca lo lograremos.
Así pues sólo vislumbro dos mundos posibles, uno improbable donde las élites se refugien en una fortaleza protegida y servida por máquinas al margen del resto de la humanidad (pobre y sin recursos) al estilo de "Los juegos del hambre" o una humanidad dónde su conciencia se haya expandido y sea mejor que la actual.
El futuro que vislumbro a medio plazo nuestro mundo estará salpicado de robots que nos liberarán de las tareas y trabajos ingratos, dónde la mitad de nosotros se dedicará a la tecnología y la otra mitad a las artes y en el que dispondremos de más tiempo libre. Viviremos un segundo Renacimiento. En un principio seguirán existiendo los países, pero al final desaparecerán, nuevas formas de cultivo y nuestra expansión por el espacio llevará el bienestar a casi todos los rincones del planeta, aunque no será fácil ni inmediato. Hay mucho trabajo de educación que hacer tanto en el 1er como en el 3er mundo. El ecologismo, en claro auge, se impondrá y nosotros veremos el fin del petróleo, de la era consumo desmedido... A largo plazo el ser humano será uno con él mismo y la naturaleza o no será.
Todos podéis imaginar que la esperanza de vida de los seres humanos se alargará a casi el doble de la actual y con una mejor calidad de vida. Esto hará inviable el actual modelo social, imaginar un mundo donde se tiene que trabajar 120 años, o donde uno se jubile a los 65 y viva hasta los 150... Eso colapsará el sistema actual. Podríamos pensar que los poderosos se reservarán para ellos esta medicina del siglo XXI, ¿pero de verdad creéis que aceptaríamos semejante discriminación? De nuevo solo el retroceso hacia una sociedad feudal podría sostener semejante disparate.
La ciencia y la tecnología harán que la era del petróleo llegue a su fin en menos de treinta años y que el sistema monetario actual muera. Al igual que los excedentes agrícolas y ganaderos forzaron a la humanidad a salir de las cavernas y a pasar de ser nómadas a sedentarios dando por completo la vuelta a nuestra forma de entender la vida, los actuales avances tendrán el mismo efecto sobre nosotros. El avance de la ciencia hasta finales del siglo XX solía deberse sobre todo a la falta de desarrollo de teorías y leyes que explicaran el mundo que nos rodea, hoy en día su avance está frenado más por la falta de fondos que por la no existencia de base científica. Hemos llegado a tal punto de tecnología que o seguimos creciendo o colapsaremos como civilización. Ya hace tiempo que cruzamos ese punto sin retorno y tendremos más pronto que tarde superar dos escollos importantes que hacen que la forma de hacer las cosas de nuestros días sea ya obsoleta:
- Nuestro status actual está en función del dinero que poseemos (que en muchos casos no está asociado al mérito de cada cual). En el futuro deberá estar asociado a lo que aportemos a la sociedad en su conjunto, sea cual sea nuestro trabajo.
- Nuestra mentalidad de clan, ya sea familiar, de país o racial deberá desaparecer y deberemos empezar a pensar como especie, pues sin duda el futuro está en el espacio y para conquistarlo deberemos actuar como un solo ser. Si hacemos cada cual "la guerra por nuestra cuenta" nunca lo lograremos.
Así pues sólo vislumbro dos mundos posibles, uno improbable donde las élites se refugien en una fortaleza protegida y servida por máquinas al margen del resto de la humanidad (pobre y sin recursos) al estilo de "Los juegos del hambre" o una humanidad dónde su conciencia se haya expandido y sea mejor que la actual.
El futuro que vislumbro a medio plazo nuestro mundo estará salpicado de robots que nos liberarán de las tareas y trabajos ingratos, dónde la mitad de nosotros se dedicará a la tecnología y la otra mitad a las artes y en el que dispondremos de más tiempo libre. Viviremos un segundo Renacimiento. En un principio seguirán existiendo los países, pero al final desaparecerán, nuevas formas de cultivo y nuestra expansión por el espacio llevará el bienestar a casi todos los rincones del planeta, aunque no será fácil ni inmediato. Hay mucho trabajo de educación que hacer tanto en el 1er como en el 3er mundo. El ecologismo, en claro auge, se impondrá y nosotros veremos el fin del petróleo, de la era consumo desmedido... A largo plazo el ser humano será uno con él mismo y la naturaleza o no será.
Gran entrada sobre un tema apasionante.
ResponderEliminarEspero que tus predicciones se cumplan y entre todos logremos que ésto cambie de la manera menos traumática posible hacia algo sostenible a largo plazo.
Eso, o "Mad Max" parecerá una película de Disney al lado de la realidad.
Un abrazo.
-Raúl-
Ya sabes que soy un optimista irredento, aunque a veces confieso que flaqueo ;), pero la historia parece darme la razón, por muy difíciles que se pongan las cosas siempre hemos avanzado para mejor. Esta vez es un poco diferente, porque la tecnología está en ese punto en el que la involución y colapso, estilo Mad-Max, ;) es más que probable. Pero el otro día leí una frase de Leonardo que me renovó las esperanzas, es casi predictiva más propia de Nostradamus que de él: “Llegará el día en que los hombres conocerán el alma de las bestias y entonces matar a un animal será considerado un delito como matar a un hombre. Ese día la civilización habrá avanzado”. De verdad creo que ya somos muchos los humanos que “vemos” el alma de los animales, y el maltrato animal ya es delito… pronto llegará esa nueva y mejorada humanidad, ¡espero verla!
EliminarSobre el tema de los animales, discrepo.
ResponderEliminarDe poco sirve convertir en delito su maltrato cuando nuestra desmedida afición por las proteínas animales condena a una vida de hacinamiento a miles de millones de ellos.
La ganadería intensiva, además, es la culpable de una buena parte de los problemas medioambientales :contaminación, deforestación, etc. Por no hablar del tema de la tolerancia a antibióticos por culpa de haber comido durante muchos años carne de animales sobremedicados con ellos.
No digo que haya que ser estrictamente vegetariano, pero el día que chinos e indios coman como los yankies, esto se va al carajo.
-Raúl -
Umm Tema con muchas aristas para debatir en un solo comentario. Estoy de acuerdo contigo y no, me explico. ¿De nada sirve legislar contra la violencia de género porque frente a un centenar de muertes machistas decenas de miles de mujeres mueren al año de hambre? Yo creo que no son incompatibles, muy al contrario, la primera conciencia y educa sobre derechos y son la base para resolver el segundo problema. Aplicado al mundo animal, si concienciamos que maltratar un animal está mal y es un delito, la sociedad lo interiorizará y no tardará en dar el siguiente paso: preocuparse de donde vienen los alimentos y que están comiendo, que trato se da a los animales y probablemente cada vez coman menos carne y busquen alimentación ecológica dentro de las posibilidades de cada uno (y tampoco tanto, pues mi situación económica no es ni de cerca boyante y solo compro huevos de gallinas criadas en libertad).
EliminarEs cierto que el gran problema ecológico es el que comentas, 100% contigo en el que hay que volver a la dieta natural del ser humano: frutas, verduras, frutos secos y la carne como un complemento, no como la fuente principal de la alimentación. Pero la base para resolverlo es la tecnología (plantaciones que no destruyan el ecosistema) y sobre todo, sobre todo, sobre todo: La educación. ¿Por qué hoy nuestra sociedad ve como impensable la esclavitud, la mujer sometida al hombre o los niños trabajando en minas? Porque en su día se legisló contra esos abusos y eso llevó a que tomáramos conciencia de que estaba mal. Por desgracia el ser humano en su mayor parte es incapaz de hacer ese viaje si no hay leyes previas que se lo hagan patente… Para mí el camino está claro: leyes y educación, mucha educación.
P.D: ¿A caso las granjas de gallinas hacinadas en cubículos, el engorde artificial de animales no es maltrato animal? Y añadiría más, ¿no es un atentado contra la salud de las personas? A todos nos conviene concienciarnos de que somos lo que comemos y preguntarnos que si lo que comemos no es de buena calidad como puede afectarnos a nuestra salud.