Es un hecho demostrado que el estado mental influye en la salud física y en la curación de enfermedades. La música clásica ayuda en mucho a esa recuperación, un ejemplo llamativo es en los enfermos de cáncer. No sé si conoceréis que en muchos países europeos y en EEUU se combinan los ciclos de quimio con la audición de piezas clásicas. En un estudio sobre 1800 pacientes de cáncer se observó que aquellos que escuchaban habitualmente música clásica durante y después del tratamiento notaban una considerable mejoría en los efectos secundarios de la quimio: vomito, nausea… una mejora notable del sistema inmunitario e incluso un ligero descenso del dolor. Pero esto no es lo más importante, el efecto de la quimioterapia se revelaba más efectivo en dichos pacientes y por tanto el grado de superación de la enfermedad era más elevado.
¿Pero porque? Se notó que
dichas personas liberaban más endorfinas, reducían su presión arterial… eso
puede explicar la mejoría sobre los efectos secundarios perniciosos, pero no
eso no es suficiente, desde mi punto de vista, para explicar que el tratamiento
tenga mejor resultado. Entonces…
querréis saber, bien, ahí entra el poder de las vibraciones musicales.
Cuando se escucha música de
relajación en un ambiente tranquilo uno puede notar como todo el cuerpo se
relaja y cada una de tus células va al unísono. Hemos de ser conscientes de que
estamos formados por átomos, y partículas subatómicas que están en una vibración
perpetua, en pocas palabras, los seres vivos vibramos.
Es curioso como los animales salvajes
no suelen enfermar como lo hacen los humanos, sin embargo sí que lo hacen aquellos que conviven con el
hombre… ¿curioso verdad? ¿Qué les hace diferentes? Ellos viven en armonía con
la naturaleza, vibran al mismo compás que ella. A los animales domésticos los
hemos humanizado, los hemos hecho ir contra su naturaleza y por tanto les causamos
stress, dejan de estar en calma y adquieren enfermedades que en la naturaleza
es muy difícil que padezcan.
Creo que la paz o calma interna
ayuda a que todas nuestras partículas vibren al unísono y en un mismo sentido,
eso nos hace más resistentes a contraer enfermedades e incluso ayuda curarlas.
Es complicado explicarlo con palabras simples, pero creo que el ejemplo que os
pondré a continuación servirá para visualizarlo.
Imaginaros una orquesta de 200
músicos (nuestras células) en la que hay 1 persona que no es ni de la orquesta
ni es músico (enfermedad). La misión del director (sistema inmunológico) será
localizar y expulsar al intruso de la orquesta. Si los 200 músicos van cada
cual por su sitio la música resultante será un pandemonio donde no haya quien
se aclare y al director le será muy complicado descubrir quién es el que está
desafinando. Si por el contrario la orquesta funciona al unísono como un
engranaje perfecto, a la mínima que se introduzca un “gamberro” se le
descubrirá al instante, se le podrá señalar y expulsar más fácilmente.
Nuestro cuerpo actúa de igual
forma. Si tenemos la paz de espíritu, lo que los budistas llaman la paz
interior nuestro cuerpo, cada una de nuestras células vibrará y “respirará” al
mismo tiempo y por tanto cualquier agente externo será detectado y combatido de
inmediato, así como será mucho más difícil que la enfermedad surja desde
nuestro propio interior.
Tal es así que se ha comprobado
tras muchos años de estudios que ciertos errores genéticos hereditarios desaparecen
en personas que son felices y que viven en un ambiente donde reina el amor, la
paz y la calma (no lo confundáis con un ambiente con dinero, no tienen por qué
estar relacionados), mientras que personas genéticamente robustas desarrollan defectos genéticos al
estar sometidas a ambientes de stress y lo que vulgarmente llamaríamos “donde
hay mal karma”. Creo que todos deberíamos reflexionar sobre ello, es nuestra
salud.
Por otra parte está el hecho de
si las personas son capaces de influir en la salud de los demás, este es un
tema más peliagudo de tratar. Por mi experiencia personal podréis comprender
que me encienden todos estos charlatanes que dicen curar con sus manos, con sus
palabras, etc, el que se juegue con la salud de las personas y se utilice la
enfermedad para ganar dinero es lo que más me repugna en esta vida. Así que
huid como de la peste de aquellos que dicen que tienen poderes curativos, que
con sus manos te pueden sanar y que encima cobran.
Si alguien de verdad tiene ese
poder de curar enfermedades en un instante, desde luego no cobrará por ayudar a
los demás, porque esa persona (ahora lo explicaré) para tener esa capacidad de
curación deberá tener una armonía con la naturaleza inimaginable para mí y por
tanto será alguien trascendente al dinero y a la vida mundana. Si existe, yo no
lo creo, desde luego no aparecerá en televisión ni anunciado en ningún
periódico.
Pero eso no quita que unos nos
influenciemos a los otros en la salud y ayudemos o quizás hagamos enfermar a
los demás, una vez más la sabiduría popular es muy certera en frases como: “me pones enfermo”.
No sé si conoceréis un nuevo concepto que existe en psicología y que ya se da
como veraz y demostrado: las personas tóxicas, igual los conoceréis como “los
vampiros energéticos”. Son personas que destilan tal negatividad que nos hunden
psicológicamente y finalmente nos hacen enfermar. Por desgracia todos conocemos
a alguien tóxico. De ellos hay que huir como del fuego en la medida de lo
posible.
¿Pero cuál es el mecanismo por
el que esas personas nos van minando poco a poco? ¿Es todo mental o hay algo
físico? Yo pienso que es una mezcla de ambos. El aspecto psicológico es
evidente, me centraré en el físico. Ya hemos hablado que las partículas
atómicas se entrelazan por proximidad, si nos mantenemos habitualmente cerca de
este tipo de personas, aunque no seamos afines y vibremos en el mismo sentido, siempre
se realizará algún tipo de vínculo a nivel cuántico a través del cual esa
persona nos podrá influenciar. Cuanto más tiempo y más caso mostremos, más nos
“sintonizaremos” con ella y su influencia negativa cada vez será mayor.
Quizás sea el secreto del vudú,
si crees que un brujo puede dañarte y su “magia” puede afectarte, realmente lo
que le estas dando es tu contraseña wifi cuántica para que acceda a ti, pero
esto ya es irme por las ramas y por el mundo de la pura especulación. Aunque no
es menos cierto que si crees que vas a enfermar al final lo harás, yo os
recomendaría que tuvierais mucho cuidado a quien os abrís y en manos de quien
depositáis vuestra confianza, porque a través de ella pueden acceder a vuestro
“ordenador”.
Por tanto, si existen personas
que pueden influenciarnos en sentido negativo por fuerza debe de haberlas que
lo hagan en el sentido contrario. ¿Es posible que los rezos por alguien lo
ayuden a curarse? Yo creo que es posible, pero no es el rezo en si el que
ayuda, si no la voluntad de la persona que reza. Si rezas por un familiar
enfermo al cual estás muy vinculado, a través del entrelazamiento cuántico
podrás influenciar en su salud, dándole energía, ayudando a su cuerpo a vibrar
en armonía y por tanto a sacar a la luz al “músico impostor”. Cuantas más
personas con vínculos con el enfermo piensen en positivo sobre él, más eficaz o
potente será la ayuda. Realmente no le estaremos curando, le estaremos ayudando
a curarse él mismo.
Quizás creáis que son más
deseos míos que verdades, pero una vez más, existen estudios y experimentos
sobre esto y que han dado resultados sorprendentes. En uno de ellos, en USA, se
dividió a dos grupos de enfermos, por unos se rezaría, por los otros no. Se
pidió a un grupo que conocieran al enfermo (establecieron cierto
entrelazamiento cuántico), y rezaran por él durante su enfermedad ciertos
minutos al día, los resultados dejaron perplejos a los médicos: el grupo de
pacientes que recibía rezos mejoraba, de forma significativa, más que el grupo
que no los recibió. ¿El poder de la oración? Si, ¿Magia? No, física cuántica.
Sin duda contra más fuerte sea
el vínculo emocional entre el enfermo y la persona que “reza” por él, más
efectivo será. Por favor, tenedlo en cuenta si tenéis la desgracia de tener a
alguien querido cerca.
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