Es la gran pregunta ¿verdad? ¿Hay algo más allá de la muerte? Creo que todos sin excepción nos hemos planteado en más de una ocasión que será de nosotros tras la muerte. Hay muchas creencias al respecto, todas las religiones usan el fin de nuestra vida como piedra angular desde la que establecer sus normas para la vida, lo que es paradojico desde mi punto de vista: La Muerte como regidora de la vida en vez de La Vida como regidora de nuestra muerte.
¿Qué hay tras la muerte? Hay quienes creen que renacerán en una nueva vida en un ciclo continuo de perfeccionamiento, otros que existe un cielo con angelitos tocando el arpa, unos que no existe nada y que dejamos de existir… tantas creencias como formas de afrontarlo: la mayoría no piensa en ella, parte siempre la tiene presente como la espada de Damocles sobre sus cabezas y su temor rige sus vidas, otros no esperan nada ya que nada creen que haya, los menos la afrontan como un cambio natural a algo desconocido.
Lo primero que pasa por la cabeza del investigador es tratar de discernir si los espíritus son reales, si se lograra demostrar su existencia se podría afirmar con rotundidad que hay vida después de la muerte. Tras leer mucho e interesarme sobre el espiritismo llegue a la conclusión de que nada en claro se puede sacar de él. La mayor parte de los casos eran directamente puro teatro o fenómenos que tenían explicación racional. Los pocos testimonios que he podido considerar serios y veraces eran subjetivos, sujetos a la experiencia de la persona cuya mente puede que viera un espíritu real o puede que su cerebro interpretase un fenómeno tal y como le era más cómodo hacerlo, en cualquier caso no son válidas desde el punto de vista científico, que es el que me interesa, para afirmar que hay otra realidad más allá de esta.
Si he de ser sincero, creo que algo hay y que efectivamente hay médiums (muy pocas de las que dicen serlo lo son en realidad y desde luego ninguna de las que pretenden alcanzar fama o dinero) que logran ver cosas, que yo defino como otras realidades, que el resto no podemos verlas, lo afirmo por propia experiencia y dejarme que me quede aquí. Aunque en verdad creo que esas personas no ven almas errantes, sino que creo más bien, que su cerebro es capaz de captar y decodificar algún tipo de energía que queda en los lugares, como si tuvieran un tocadiscos en su cabeza y pudieran oír la música de ese vinilo antiguo que el resto somos incapaces de reproducir porque nuestra cabeza solo es capaz de decodificar MP3’s. Creo que debo dejarlo aquí, ya abordaremos el asunto en otra entrada.
Las religiones las descarté de inmediato, no pueden servir afirmaciones teológicas y actos de fe como prueba científica de la existencia del más allá, además, cada una de ellas describe la otra vida de forma diferente, ¿A cuál creer? Los actos de fe no pueden abordarse como ciencia, que es lo que yo pretendo hacer aunque tenga mis propias opiniones subjetivas al respecto. Aunque os he de ser sincero, tras todo lo que he investigado, creo que respecto a “la otra vida” todas y ninguna tienen la razón, como si Dios o los dioses que veneran hubiesen jugado con los hombres depositando una parte de la verdad absoluta en cada una de ellas, ya llegará el momento de hablar de ello.
La respuesta a la gran pregunta me llegó desde el lugar que menos esperaba: La ciencia. Los científicos, desde el siglo XIX se han mostrado muy escépticos con los temas espirituales y los han rechazado históricamente de plano despreciándolos como supercherias, los entiendo, las religiones han sido en el pasado y en menor medida en el presente, el gran enemigo del progreso científico y humano. Creo que la ciencia se ha equivocado profundamente al sepultar con toneladas de incomprensión y ostracismo a aquellos científicos que han tratado de investigar los fenómenos paranormales, no querían que aquellos que tanto daño les habían hecho en el pasado se vieran recompensados con la confirmación de sus teorías místicas. Pero en verdad la ciencia se cortaba a sí misma una mano, ya que opino que tras lo paranormal existe ciencia, ¿o acaso no la había tras las auroras boreales?
Pero poco a poco, la ciencia, en mi opinión sin quererlo, está demostrando que todo lo que considerábamos místico o mágico, es real. No deberíamos sorprendernos, si Dios existe, sin lugar a dudas la ciencia es su instrumento creador y nada se rige fuera de ella, la entendamos o aún no seamos capaces de hacerlo. De nuevo la medicina y como no, la física cuántica nos han acercado a una realidad que ya muchos daban por anhelos estúpidos: la existencia de una vida más allá de esta. ¿Habéis oído hablar de las ECM?
Creo que junto con la teoría de la conciencia cuántica y que nuestro yo en verdad es energía, son las pruebas científicas que nos han acercado a la posibilidad de demostrar que La Vida sigue tras La Muerte, al menos ya no podemos descartar como ficción o simple deseo humano de perdurar su existencia. Ya os adelanto que mi conclusión tras este largo y autodebatido periplo interior es que la muerte supone un gran salto cuántico a otra realidad. .
Las religiones las descarté de inmediato, no pueden servir afirmaciones teológicas y actos de fe como prueba científica de la existencia del más allá, además, cada una de ellas describe la otra vida de forma diferente, ¿A cuál creer? Los actos de fe no pueden abordarse como ciencia, que es lo que yo pretendo hacer aunque tenga mis propias opiniones subjetivas al respecto. Aunque os he de ser sincero, tras todo lo que he investigado, creo que respecto a “la otra vida” todas y ninguna tienen la razón, como si Dios o los dioses que veneran hubiesen jugado con los hombres depositando una parte de la verdad absoluta en cada una de ellas, ya llegará el momento de hablar de ello.
La respuesta a la gran pregunta me llegó desde el lugar que menos esperaba: La ciencia. Los científicos, desde el siglo XIX se han mostrado muy escépticos con los temas espirituales y los han rechazado históricamente de plano despreciándolos como supercherias, los entiendo, las religiones han sido en el pasado y en menor medida en el presente, el gran enemigo del progreso científico y humano. Creo que la ciencia se ha equivocado profundamente al sepultar con toneladas de incomprensión y ostracismo a aquellos científicos que han tratado de investigar los fenómenos paranormales, no querían que aquellos que tanto daño les habían hecho en el pasado se vieran recompensados con la confirmación de sus teorías místicas. Pero en verdad la ciencia se cortaba a sí misma una mano, ya que opino que tras lo paranormal existe ciencia, ¿o acaso no la había tras las auroras boreales?
Pero poco a poco, la ciencia, en mi opinión sin quererlo, está demostrando que todo lo que considerábamos místico o mágico, es real. No deberíamos sorprendernos, si Dios existe, sin lugar a dudas la ciencia es su instrumento creador y nada se rige fuera de ella, la entendamos o aún no seamos capaces de hacerlo. De nuevo la medicina y como no, la física cuántica nos han acercado a una realidad que ya muchos daban por anhelos estúpidos: la existencia de una vida más allá de esta. ¿Habéis oído hablar de las ECM?
Creo que junto con la teoría de la conciencia cuántica y que nuestro yo en verdad es energía, son las pruebas científicas que nos han acercado a la posibilidad de demostrar que La Vida sigue tras La Muerte, al menos ya no podemos descartar como ficción o simple deseo humano de perdurar su existencia. Ya os adelanto que mi conclusión tras este largo y autodebatido periplo interior es que la muerte supone un gran salto cuántico a otra realidad.
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